Primeras impresiones de Aeterna Noctis

A finales de 2021 tenía claro que quería comprar un metroidvania para empezar el año con un juego de mi género favorito. Aeterna Noctis y Ender Lillies eran los candidatos. Había visto avances y algunas partidas de ambos, pero finalmente decidí darle la oportunidad a la obra del estudio japonés por delante del español únicamente porque fue incluido en las ofertas de final de año. No oculto ni ocultaré que me enamoró, como dejé bien claro en el artículo que le dediqué hace un tiempo. A pesar de todo, no perdí de vista el juego del estudio español y, finalmente, gracias a otra ronda de ofertas, he podido adquirirlo y probarlo. Será mi primer «Primeras impresiones», así que no creo que llegue a las 2000 palabras como en la mayoría de mis artículos.

 

La introducción del juego nos cuenta la historia del conflicto entre el Rey de la Oscuridad y la Reina de la Luz, de cómo tuvieron que estropear el plan del ser primordial de ese universo por puro egoísmo, mientras un triste piano acompaña la narración de una siempre magnífica Nuria Mediavilla al tiempo que vemos unos preciosos diseños de vidriera. De ahí pasamos a una corta escena 100% Dragon Ball con un estilo de dibujo completamente diferente y por fin el juego.

Empezamos en un escenario gris y triste que representa una especie de inframundo al que cae el Rey de la Oscuridad (el avatar que manejaremos). La primera impresión es la de ser un muñeco muy pequeño. La segunda es la de que, a pesar de su temática, se nota el gran mimo que han dedicado a su diseño. La animación del personaje es muy fluida. He leído y escuchado a gente diciendo que se parece a Alucard, pero a mí me recuerda en su movimiento a la protagonista de Sundered (aquella mezcla entre bullet hell y metroidvania). De hecho, todo se mueve maravillosamente bien y responde perfectamente bien a lo que se le manda desde el Dualsense.

 

Sin embargo, en el control reside el aspecto negativo que he encontrado de momento. El Rey se controla con el stick analógico sin posibilidad alguna de cambiarlo a la cruceta de direcciones. Pregunté por Twitter a Fernando Sánchez, fundador del estudio responsable de este juego si era posible tal cambio y me respondió que no, pero que lo entendería más adelante. Desde aquí le quiero agradecer sinceramente su respuesta libre de spoilers y decirle que da igual el motivo por el cuál se haya tomado esa decisión, pero tengo más que comprobado que manejar un juego 2D con el analógico empeora mucho el control en comparación y puede destrozar el conjunto. Death’s Gambit es un ejemplo de ello; pero en puridad he de decir que la obra de Adult Swim no respondía tan bien a los controles como Aeterna Noctis.

En cuanto a la música, no puedo decir mucho todavía, porque apenas he pasado una mazmorra y un jefe, pero acompaña perfectamente. 

 

Sí quiero destacar que el juego tiene muchos de esos detalles que hacen grande una obra. Los personajes hablan un idioma inventado. Todo lo que hay en el escenario está perfectamente integrado aunque sea decorativo y está en movimiento. Hay efectos de luz y partículas por todas partes. El Rey no solo no es un personaje mudo (¡GRACIAS!), sino que se le nota una personalidad bastante particular que tengo ganas de descubrir aunque acabe por no soportarlo. Por lo menos, no deja indiferente. En cuanto a los PNJ, solo he conocido a dos vendedores y a una suerte de registrador de la realidad que me recordó al de La Historia Interminable de Michael Ende.

 

Otro aspecto que se ha destacado en gran medida ha sido la dificultad del juego. Hasta han producido un modo «asequible» pero que no entorpece la experiencia, sino que la cambia y por lo que nuevamente debo dar las gracias a sus creadores. Lo fácil hubiera sido cambiar estadísticas de los enemigos y el personaje principal, pero aquí se lo han trabajado de verdad. Sé que habrá desafíos muy complicados, pero si siguen el mismo patrón que he podido empezar a ver, puedo decir que el peor enemigo que me encontraré para las secciones de plataformas será el control con el analógico.

Creo que Aeterna Noctis tiene mimbres suficientes para ser un gran juego. No sé cuánto tiempo me llevará terminarlo, pero creo que, salvo sorpresa mayúscula, se convertirá en ese gran metroidvania que me encuentre cada año. 

 

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