La Regla del Capítulo 4.

¿Cómo llega el momento en el que se decide abandonar una serie? Creo que es más importante preguntarse esto que «cuándo». Puede ser que resulte desagradable o aburrida, que la pareja no esté interesada o que, directamente, se convierta en un somnífero de la mejor calidad. Cada uno tenemos nuestros gustos y manías. 

La norma que da título al presente artículo establece que si una serie de televisión no me interesa lo suficiente como para seguir viéndola una vez terminado el cuarto episodio, no seguiré con ella.  Si la supera, continuaré con viéndola hasta el final de la temporada. Existen dos especificaciones.

  • Esta norma se aplica temporada a temporada. 
  • No es obligatorio llegar al capítulo 4. De hecho, no han sido pocas las ocasiones en las que he dejado de ver una serie antes de tal hito.

También debo añadir que no es de aplicación a los libros. En toda mi vida solo he dejado a medias sin posibilidad alguna de ser completados dos libros. Uno es «Las Fuentes del Derecho» de Javier Pérez Royo y «Resplandor» de Raquel Rico Linage. Omitiré aquí las razones.

Sin más dilación, vamos al turrón.

 

Raised by Wolves: Capítulo 3 de la primera temporada.

Dos androides, denominados «Padre» y «Madre», reciben la tarea de educar a un grupo de niños humanos en un misterioso y desértico planeta. A medida que las distintas colonias humanas comienzan a tener problemas a causa de sus diferencias religiosas, los androides descubren lo difícil que resulta controlar o incluso cambiar la opinión y las creencias de los seres humanos. Sinopsis de Filmaffinity.

La serie de ciencia ficción que se encuentra disponible en HBO tiene el membrete «dirigida por Ridley Scott». El tráiler no era rompedor, pero prometía una trama interesante ambientado en una distopía futurista oscura con aparente profundidad y mal rollo. El primer episodio tenía la estructura de un vídeo musical; es decir, soltar información sin parar para abrumar al espectador con sucesos y más sucesos. Al terminarlo pensé que ya lo explicarían después, pero cual Álex de la Iglesia al sentar un precedente, jamás se paró a explicar un por qué ni se acordó que existía más adelante.

Los capítulos no estaban mal, pero se hacían demasiado largos. En algunas ocasiones aparecía alguna escena más que desagradable de ver cuando estás comiendo o cenando. 

Tras ver el susodicho tercer capítulo vinieron varios días en los que no pude ver el cuarto con mi pareja por falta de tiempo. Desde entonces siempre buscábamos alguna excusa para hacer cualquier otra cosa. Al final acabamos reconociendo que ninguno de los dos tenía ninguna gana de seguir con ella.

 

Vikingos: Capítulo 2 de la primera temporada.

El mundo de los vikingos cobra vida a través del viaje de Ragnar Lothbrok, el primer vikingo que entró en las páginas de la historia desde las leyendas nórdicas. Un hombre en la frontera del mito. Nuestra historia empieza en el siglo VIII en Escandinavia, donde Ragnar Lothbrok es un guerrero y granjero que sueña con encontrar riquezas en los tradicionales asaltos al este. Ragnar ha trabajado en secreto en un proyecto que pondrá patas arriba el mundo vikingo. Pero primero deberá convencer al líder de su comunidad, el poderoso Conde Haraldson, a quien no le gustaría compartir el renombre que Ragnar conseguiría con semejante viaje en caso de triunfar. Sinopsis de HBO.

La primera vez que tuve noticias de esta serie fue a través de uno de esos interminables bloques de anuncios con los que Antena 3 interrumpía los capítulos de Los Simpsons. Siempre me interesó la cultura nórdica por ser tan diferente a las clásicas mediterráneas. Además es la mitología que tiene el mayor número de spoilers. La serie prometía ser más o menos fiel a la realidad con un buen presupuesto además de una puesta en escena espectacular y bien trabajada. 

Lo primero que no me gustó fue que cada personaje que aparecía en pantalla parecía competir con todos los demás por ser el más duro y guay de toda Escandinavia. Pero podía pasar; al fin y al cabo, existe eso que se llama «arco de personaje». Además tenía a Gabriel Byrne haciendo de antagonista como el Earl Haraldson. 

Si decidí abandonar la serie tan rápido fue porque ya en el capítulo dos descubrí que me caían insoportablemente mal tres de los protagonistas (Ragnar, Floki y Rollo en ese orden) y porque me dormí en esos dos episodios de puro aburrimiento. Recuerdo que cuando me desperté al final del segundo había un asalto a una abadía, me pregunté cómo habían llegado allí y me respondí que ni me importaba, ni me interesaba saber qué pasaría después. Al final quedé con el recuerdo de que lo mejor de la serie fue que pusieron la banda sonora de Beowulf en el anuncio.

 

Westworld: Capítulo 4 de la tercera temporada.

En el futurista parque temático conocido como Westworld, un grupo de androides-servidores se desvían de las secuencias programadas meticulosamente por los informáticos y adoptan un comportamiento anormal. Sinopsis de HBO.

La primera temporada me gustó muchísimo. La segunda bajó el listón pero, si bien tenía algún capítulo de relleno, me pareció que evolucionaba el espíritu de la serie. Eso sí, tuvimos que hacernos un esquema para entender la forma en la que contaban la trama así como intentar localizar cuándo pasaba cada cosa.

La tercera temporada se parecía a la trama original tanto como un cuervo a una bicicleta. Desaparecían muchos de los personajes de las anteriores. Algunos de los más importantes interpretados por los primerísimos actores, quiero decir. Introdujo a otros personajes de pasado supuestamente turbio e interesante. El problema era que, aunque se hacía continuas alusiones a esos sucesos, nunca se metían en profundidad en los motivos que les llevaban a ser como eran o actuar como lo hacían. Se sentía que muchas de las escenas eran relleno. También resultaba que había un nuevo antagonista que había salido de ninguna parte pero que siempre estuvo ahí; que era temible y había que tener mucho cuidado con él porque sabía absolutamente todo lo que ocurría ya que lo controlaba todo. Sin embargo, en el capítulo 4 ya le habían puesto en jaque porque sí sin que se diera cuenta. Quizá fue por eso que no se enteró, porque esa amenaza apareció de repente en la trama.

En este caso vino la pandemia. Se tardaba mucho más en doblar los episodios. Cuando ya estuvieron disponibles nos ocurrió igual que con la serie de los androides, solo que en esta ocasión fui yo quien dijo primero que en realidad no nos apetecía seguir con la serie.

 

La Casa de Papel: Episodio 2 de la primera temporada.

Ocho atracadores toman rehenes en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre española. Desde el encierro, su líder manipula a la policía para llevar a cabo un ambicioso plan. Sinopsis de Netflix.

Empujados por su imparable fama nos dispusimos a darle una oportunidad a esta serie cuando estuvo disponible en Netflix. Sobre todo para que un capítulo no nos durase hasta altas horas de la madrugada por culpa de los anuncios de Antena 3. Pero uno de los últimos éxitos de la televisión española fue un sonadísimo fracaso en mi hogar. 

Pensaba (sigo pensando) que 70 minutos es una duración absurda para un capítulo de una serie de televisión. Esa longitud, si bien fue un obstáculo desde el primer momento, se podía salvar gracias a la plataforma de streaming. El guión ya…

Mientras veía a aquel ecléctico grupo de delincuentes desarrollar cada punto de ese plan milimétricamente diseñado por el Profesor no paraba de preguntarme varias cosas.

  • ¿Cómo es posible que tengan pensado y preparado cada detalle hasta el punto de disponer de una salida hasta para el suceso más inesperado e imprevisible y que no había forma de prever? Bueno, esto es fácil, se mete un descaradísimo deus ex machina en forma de escena del profesor en ese momento explicando la solución al problema salido de la nada y listo. 
  • ¿Cómo es posible que las relaciones entre los ladrones sean tan débiles si se supone que han estado conviviendo y planificando varias semanas en las que aparecían absolutamente comprometidos?
  • ¿Por qué Tokyo no fue eliminada de la operación desde el mismísimo primer momento en el que demostró que el plan no iba con ella porque prefería hacer lo que quería sin importarle nada ni nadie más que ella? Otra solución sencilla, porque tiene un plot armor superior al nivel del que tiene June Osborne.

En esta ocasión ni siquiera hizo falta preguntarnos nada. Cuando se estrenó una nueva temporada recordamos que empezamos a verla, pero nada más.

 

House of Cards: Episodio 4 de la temporada 4.

 

El implacable y manipulador congresista Francis Underwood (Kevin Spacey), con la complicidad de su calculadora mujer (Robin Wright), maneja con gran destreza los hilos de poder en Washington. Su intención es ocupar la Secretaría de Estado del nuevo gobierno. Sabe muy bien que los medios de comunicación son vitales para conseguir su propósito, por lo que decide convertirse en la “garganta profunda” de la joven y ambiciosa periodista Zoe Barnes (Kate Mara), a la que ofrece exclusivas para desestabilizar y hundir a sus adversarios políticos. Sinopsis de Filmaffinity.

En multitud de ocasiones he leído que el primer episodio debe servir como presentación de la serie e impactar los suficiente al espectador como para engancharlo. House of Cards lo consigue manifestando su estilo desde la primera escena con Kevin Spacey y un perro. El resto de esa primera temporada, de hecho, es un derroche de calidad en el que se permiten algún toque de humor de vez en cuando entre conspiraciones, amenazas, traiciones y motivaciones tan serias y enrevesadas. La segunda temporada siguió la estela de la primera. Su escena final podía haber sido un cierre perfecto para la serie. Prefiero recordarla así aunque continuase viendo más capítulos.

La tercera temporada sufrió un hiato considerable. Creo que vimos cuatro o cinco seguidos, pero tuvieron que pasar varios meses hasta que la terminamos a fuerza de orgullo. Si tuviera que definirla con una palabra, «Tediosa». A pesar de ello, la cuarta temporada demostró nada más empezar que la anterior no estaba tan mal. Introdujeron a un nuevo contendiente con menos carisma que Jonathan Morris, al que cada nueva característica malvada que le ponían le sobraba. La relación de Frank y Claire había pasado ya por tantos altibajos que iba contra toda lógica que pudieran seguir juntos.

Esta vez fue una decisión rápida.

 

Antes de terminar quiero hacer una mención especial a una serie que superó la criba justamente en el capítulo 4: Wandavisión. Los tres primeros episodios estaban curiosos. Soltaban alguna pista de lo que estaba sucediendo en realidad, pero poco más. Por fin en el último episodio de prueba apareció el verdadero interés por la serie, al tomar una perspectiva que explicaba todo lo que estaba sucediendo, dando sentido a la serie. En Ociofrik dedicamos un podcast a esta serie que, lo digo con orgullo, nos granjeó un hater. Podéis escucharlo si lo deseáis picando aquí.

 

Samurai Champloo: Episodio 5 de su única temporada.

Fuu es una joven camarera de 15 años que trabaja en una casa de té. Un día, tiene lugar una fuerte pelea entre Mugen el vagabundo, Jin el samurái errante, y los guardaespaldas del hijo del Daikan del pueblo. Al final, tanto Mugen como Jin son arrestados y son sentenciados a muerte. La joven se apiada de ellos y decide ayudarles a escapar a cambio de que la acompañen en una misión por todo el mundo. Fuu está obsesionada con encontrar al «samurái que huele a girasoles» y los dos van a ayudarla a completar su misión. La convivencia entre los tres nunca es fácil, porque Mugen y Jin son dos samuráis que tienen una fuerte rivalidad entre ellos. Lo único que les une, además de Fuu, es que no recuerdan prácticamente nada de su pasado. Así, los tres se embarcan en una peligrosa misión que les llevará por todos los rincones del país. Sinopsis de Sensacine.

La serie por la cual existe esta norma. Ya sé que la abandoné en el quinto episodio, pero por ello decidí establecer el límite en el cuarto.

Ya había visto la absolutamente magistral obra de Shinichiro Watanabe que es Cowboy Bebop, una “space opera” en la que cada capítulo autoconclusivo ofrece un género diferente y es aderezado con un estilo musical que en realidad es el hilo conductor de dicho episodio. A día de hoy sigue siendo de mis series favoritas con uno de los mejores openings jamás realizados. Que se lo digan a los montadores de Masterchef.

Con esta premisa no me resultó extraña la propuesta de la serie de samuráis del mismo director. Mezclar la era Edo con la cultura Hip Hop era una idea original de esas que seguro que no dejan indiferente al espectador. Lástima que no funcionara para mí.

Los dos samuráis se odian hasta el punto de empezar a luchar entre ellos a muerte a la mínima oportunidad, pero gracias a la intervención de una chica tan gritona como molesta acuerdan una tregua que están deseando romper. Las peleas resultaban confusas porque en ocasiones no sabías qué estaba mostrando la pantalla o, mucho peor, algún samurái empleaba pasos de break dance en mitad de la lucha que no aportaban absolutamente nada útil al combate. 

La serie ya me estaba disgustando, pero tenía esperanzas en el trabajo de Watanabe. Llegué al capítulo número cinco, el episodio dedicado a Van Gogh. Era tan absurdo que daba vergüenza ajena. El remate final del mismo fue, directamente, un verdadero insulto.

 

¿Tenéis alguna norma parecida? ¿Qué series habéis abandonado para nunca volver a ellas?

 

SERIE PENSAMIENTOS ENCADENADOS VIII.

2 comentarios sobre «La Regla del Capítulo 4.»

  1. Un post muy original!! Me ha gustado mucho, pero no puedo estar más en desacuerdo con tu opinión de Samurai Champloo. Los protagonistas no se odian, sino que buscan un reto que dé sentido a sus vidas. Son tan fuertes que no encuentran alguien a su altura (tipo one punch man) y, de repente, se encuentran y encuentran el reto que necesitaban, pero se les cruza por medio una heroína atípica que se mete en cada berenjenal… Y eso también les supone un nuevo reto y la trama se va enredando, enredando… Aquí si van explicando el desarrollo de cada personaje y lo que les lleva a la encrucijada final. Se nota que a mí sí que me gustó jajajajaja

    1. Muchas gracias Dácil. Me alegro de que te gustara el post. A mí no me gustó nada la serie, lo siento. Hay series con las que no consigues conectar y cada escena que sucede te va gustando todavía menos; aunque la crítica diga que es buenísima y tenga también mucho éxito de público. Por cierto, One Punch Man me encantó.

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