FICHA TÉCNICA Y ARTÍSTICA
Título original: A clockwork orange
Año: 1971
Duración: 137 min
País: Reino Unido
Dirección: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick (Novela: Anthony Burgess)
Música: Wendy Carlos
Fotografía: John Alcott
Reparto: Malcolm McDowell, Patrick Magee, Michael Bates, Adrienne Corri, Warren
Clarke, John Clive, Aubrey Morris, Carl Duering, Paul Farrell, Clive Francis,
Michael Gover, Miriam Karlin, James Marcus, Geoffrey Quigley, Sheila Raynor,
Madge Ryan, Philip Stone, David Prowse
Productora: Warner Bros. / Hawk Films
PREMIOS
1971: 4 nominaciones al Oscar: Mejor película, director, montaje, guión adaptado.
1971: Globos de Oro: 3 nominaciones: Mejor película – Drama, director y actor principal –
Drama (Malcolm McDowell).
1971: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película y director. 3 nominaciones.
1971: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director.
1971: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión adaptado drama.
1972: Premios BAFTA: 7 nominaciones, incluyendo Mejor película y Mejor director.
SINOPSIS
Gran Bretaña, en un futuro indeterminado. Alex es un joven muy agresivo que tiene dos
pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan
rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población.
Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se
someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de reeducación que pretende
anular drásticamente cualquier atisbo de conducta antisocial.
CRÍTICA
¡Qué decir de esta película que no se sepa ya! Es una tarea complicada hablar de una película tan mítica y con tantas lecturas y tan estudiada como ésta. La película nos sitúa en Gran Bretaña en un futuro indeterminado. Trata muchísimos temas: la ultraviolencia, la violación, la aceptación de la sociedad de esta forma de vida, la
hipersexualización social, la falta de valores y moralidad, la reeducación de los criminales
reincidentes, y un largo etcétera.
Lo primero de todo, vi esta película por primera vez antes de los 18 años y no la había entendido en toda su magnitud, desde esa música que no me pegaba nada con la cinta, esos planos y estética tan radicales, esa visión del mundo, ese lenguaje tan extraño que utilizan…, y después de unos cuantos visionados creo que todavía no la he llegado a entender del todo en todas sus diferentes aristas.
No me digáis por qué pero siempre me sorprendió que Warner (una gran compañía mainstream) hubiera hecho una película tan innovadora y rompedora como ésta. Después viendo la corriente cinematográfica de los años 70 y los nuevos directores y los proyectos que se llevaron a cabo en esa época ya lo llegué a comprender mejor. Era una época de cambio y de romper con los clichés del cine pasado con una gran hornada de jóvenes que
querían cambiar el cine para siempre (Scorsese, Spielberg, De Palma, Coppola, etc).
Kubrick ya era muy conocido desde los años 50 y había realizado grandes obras maestras, y nunca fue un director convencional durante esas décadas. Sus películas siempre fueron adelantadas a su tiempo y de una gran complejidad. Es bien sabido su obsesión por la fotografía y el encuadre, siempre tan cuidado en todos sus planos.
Con la adaptación de La naranja mecánica llegó a su culmen artístico y estético, todos los planos tienen detalles casi imperceptibles, todo con un significado específico, no hay nada dejado al azar.
Lo primero de todo, la adaptación del libro de Anthony Burgess es maravillosa y dio lugar a un guión que provoca pánico y desasosiego en la mayoría del metraje de la cinta. Pero lo que más genera estas sensaciones es el uso de la fotografía, el encuadre, la música y el montaje.
La fotografía por momentos muestra ese mundo decadente y oscuro exterior que viven los protagonistas todas las noches para después mostrar la luz exagerada en casi todas las escenas interiores. El uso de la música clásica alegre y casi nunca con una connotación de tristeza y de terror acompaña a la idea de que los protagonistas se divierten haciendo todas las barbaridades que hacen y el montaje está realizado también para reforzar esta idea.
Malcolm McDowell realiza el papel de su vida como Alex Delarge, demostrando su capacidad interpretativa y generando en los espectadores todas las emociones que vive su personaje, desde la inseguridad hasta la locura, con todos los matices interpretativos que eso supone.
Película denostada en su tiempo y prohibida en muchos países, con el tiempo fue recobrando su fuerza e importancia para acabar convirtiéndose en una de las grandes obras maestras de toda la historia del cine. Una película de actualidad ya que en parte hablaba de lo que podíamos llegar a ser como sociedad si todo seguía por ese camino y, por desgracia, estamos en una sociedad con una falta terrible de valores y principios, donde la violencia no es castigada y donde lo único importante para la gente que manda y gobierna es el número
de votos que generan sus palabras y mentiras.
En resumen, obra maestra dirigida magistralmente por Kubrick que todo espectador debería ver porque es una película que, una vez vista, nunca se te olvida.
VALORACIÓN: 9/10