Se acerca una de las fiestas más escalofriantes del año: ¡Halloween! Una ocasión perfecta para pasárselo terroríficamente bien. Y un elemento importante a tener en cuenta son los platos y recetas que vamos a hacer. Con muy poco esfuerzo se consiguen efectos tan divertidos como terroríficos. Que comience el banquete más escalofriante.
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Desayuno sangriento
Un desayuno terrorífico es ideal para empezar el día metido en ambiente. Tenemos muchas y múltiples opciones. Las tortitas siempre triunfan y son muy versátiles. Se pueden hacer de forma demoníaca como las de Cookpad o en plan fantasmal como nos proponen en dulcesdiabeticos.com.
También podemos preparar uno a base de sandwiches monstruosos, que seguro que también sorprende y podemos derrochar imaginación en el proceso y conseguir múltiples formas, colores y sabores. O podemos optar directamente por uno completo lleno de calorías con el huevo esqueleto o araña que nos muestran en pequeocio; unos dedos de bruja hechos con salchichas, almendras y ketchup, unas mandarina calabaza y unos plátanos fantasma. Así empezaremos el día con energía.
Recetas de miedo para hacer con peques
Podemos continuar nuestra terrorífica aventura culinaria cocinando con los más peques de la casa. Aquí os pongo dos recetas muy fáciles y en las que no necesitamos ni horno ni fuegos.
Fantasmicocos
Ingredientes:
– Coco rallado
– Leche condensada
– Galletas María (o similar)
– Pepitas de chocolate
Cómo se hace:
1- Se pica la galleta hasta que quede con la textura del pan rallado.
2- Se mezcla la galleta picada (o rallada) con la leche condensada y poco del coco rallado hasta que conseguimos una masa manipulable.
3- Se hacen bolitas y se “empanan” por el resto el coco rallado dándoles la forma de fantasmitas.
4- Se le pinchan las pepitas de chocolate a la cara a modo de ojos.
Tierra de cementerio
Ingredientes:
– Mousse de chocolate
– Bizcocho de chocolate
– Gusanos de gominola
Cómo se hace:
1- Se coge un vaso de cristal transparente.
2- Se coloca el Mousse para simular barro.
3- Luego se pone el bizcocho roto como si fuera tierra removida.
4- Por último, se adorna con los gusanos.
Una comida de ultratumba
Podemos comenzar con la típica crema de calabaza, o calabacín, con tela de araña… y araña. Es muy fácil de hacer. Cueces la calabaza con sal, la trituras con algo del caldo para hacerla puré y con nata de cocinar pintas círculos concéntricos en cada plato. Por último, coges un palillo chino o de brocheta y haces líneas desde el punto central hacia afuera logrando el efecto telaraña que tanto impresiona. La araña la hice con salami, pero se puede hacer con cualquier otro embutido simplemente recortando la forma.
De segundo, propongo unas hamburguesas Halloween que son muy fáciles de hacer. Sólo hay que hacer las tradicionales de toda la vida haciéndole una cara inquietante al tranchete de queso o customizar el pan superior con ojos hechos con aceitunas, huevos o simplemente kétchup y mostaza. En la web de carnevillamaría.com nos dan un ejemplo muy chulo.
De guarnición, podemos cocinar unas calabazas hechas con arroz al estilo japonés y tomate frito que quedan espectaculares. Se les puede dar el punto final con un poco de perejil a modo de tallo superior. El arroz hecho al estilo japonés queda muy apelmazado y es muy fácil de modelar. Mi truco es usar la olla exprés para hacerlo, aunque aviso que la cocina queda empantanada en almidón. Eso sí que da miedo y no Halloween.
Como colofón, nada mejor que un típico pastel de calabaza. No puede faltar. Aunque se puede innovar un poco con esta versión de cacao de recetasdethermomix.com.
Una cena terrorífica
La cena es la comida más importante. Con la oscuridad vienen los espíritus, los monstruos y demás criaturas nocturnas… Sí, los gatos aullantes también (son los más terriríficos). Solo la noche da el ambiente perfecto a Halloween… aunque si añadimos algunas velas (mejor led) y detallitos ya lo bordamos.
Aquí lo mejor es tirar de pizzas. Es impresionante las obras de arte que podemos hacer con el tomate, la mozarella y la multitud de ingredientes que admite: calaveras, fantasmas, monstruos terribles… Lo mejor es hacerlas con niños. Tienen una imaginación que va más allá de los límites de nuestra realidad. Luego los adultos nos encargamos de meterlas y sacarlas del horno. ¡Ojo! que tras el horneado suelen variar un poco. Nos nos pasemos de truculentos. O sí, tiremos la casa por la ventana, con el beicon se hacen unas tiras de piel quemadas estupendas.
Si hacemos masa casera incluso podemos darles la forma que queramos: ataúdes, cráneos, murciélagos… Hacerlas es más divertido que comerlas.
La pizza la podemos acompañar con una aterradora ensalada. Con tener un poco de maña a la hora de colocar los ingredientes pueden quedarnos resultados espectaculares.
Y para finalizar los postres que hayamos hecho con los peques esa mañana: los fantasmicocos, la tierra del cementerio o lo que se nos ocurra. Será el broche de oro a una experiencia culinaria aterradora. ¡Happy Halloween queridos gourmets!