El fracaso de Granblue Fantasy Versus

ARC System Works es una compañía especializada en la creación de juegos de lucha que lleva ofreciendo productos de grandísima calidad desde que en 1998 apareciera el primer Guilty Gear. Sin embargo, no fue este su primer juego, pues ese honor lo tiene Final Lap, desarrollado bajo el amparo de Namco en 1988. Los año finales del Siglo XX fueron una época en la que Tekken dominaba el género al tiempo que Capcom daba tumbos dividiendo su saga estrella en demasiadas iteraciones. ¿Cómo podía destacar entonces? Acelerando los combates a cotas que solo los crossovers de Street Fighter podían igualar, haciendo que cada personaje sea completamente diferente del resto, regalándonos los oídos con composiciones musicales del género heavy metal y dando muchísima importancia a la historia. Después vendrían más continuaciones de

En 2020 apareció Granblue Fantasy Versus, un juego de lucha desarrollado por ARC que enfrentaba a algunos de los personajes del juego original con animaciones 3D todavía mejores que las vistas en Dragon Ball FighterZ. Su sistema de combate estaba simplificado para que fuera accesible a todo el mundo. Tenía muchos modos de juego offline, destacando el «Modo Rol», que ofrecía muchas horas de entretenimiento. Sus personajes seguían siendo originales, las peleas eran fluidas y fáciles de manejar… Además, la propia compañía considera que sus ventas han sido un auténtico éxito al haber alcanzado, a fecha de noviembre de 2020, 450.000 unidades distribuidas entre formatos físico y digital.

¿Qué pasa entonces con el juego actualmente? ¿Por qué puede decirse que ha fracasado? No es algo tan sencillo para un juego que derrocha calidad. Yo mismo he disfrutado mucho con él y es, junto al mismo Dragon Ball FighterZ, el único al que le he sacado el trofeo de platino. En mi opinión hay tres razones principales.

En primer lugar, está la particularidad de que el juego llegó al mercado sin un World Tour que lo apoyase en el año de la pandemia. No voy a entrar aquí en el trillado asunto del execrable sistema de juego online que ARC lleva arrastrando desde Blazblue, pero que en el año más propicio para procurar que la gente pudiera estar conectada gracias a internet, el juego no contó con ningún tipo de torneo internacional, como sí ocurrió con los grandes exponentes de la lucha. Street Fighter 5, Mortal Kombat 11, Tekken 7, e incluso Dragon Ball FighterZ, organizaron eventos online. ¿Por qué no sucedió lo mismo con Granblue Fantasy Versus cuando era el más accesible de los cinco gracias a su sistema de autocombos y técnicas semiautomáticos? Quizá fuese porque Meridiem Games, su distribuidora, no puede montar un evento de tal magnitud como sí pueden hacerlo Bandai-Namco o Campcom.

Salvo en Asia, el juego online cayó rápidamente. A los dos meses era realmente complicado encontrar a alguien de Europa, pero si querías aprovechar la mayor población de las salas orientales debías hacer frente a unas latencias de entrada que convertían cada combate en un suplicio. El modo rol ofrecía, asimismo, la posibilidad de juego cooperativo, ya fuera solicitando ayuda o acudiendo en auxilio de otro jugador. En el casi año y medio transcurrido desde su lanzamiento, jamás encontré a nadie salvo una petición en una comunidad online de PS4 poco antes de que Jim Ryan tomase otra de sus perjudiciales decisiones.

Como segundo punto está la más que cuestionable política postlanzamiento de ARC. Algo que ha acompañado desde siempre a esta compañía es el elevadísimo precio del contenido descargable, no siendo extraño encontrar que un solo personaje cueste entre cuatro y siete euros dependiendo del juego. Vale, es cierto, cada personaje es completamente diferente del resto y solo con tres de ellos ya tenemos más variedad de movimientos y animaciones que en el 70% de la plantilla de un Tekken, pero siguen siendo extremadamente caros en comparación; y empezar con 12 en 2020 es demasiado poco.

En cuanto a los escenarios, desde aquella explosión de creatividad que fue Blazblue Central Fiction, todos los productos de ARC se han caracterizado por tener los escenarios mínimos indispensables para no dar vergüenza. En Granblue Fantasy Versus tenemos una evolución todavía más insidiosa de esta característica, pues hay escenarios que solo están disponibles en el modo rol, otros que se venden por separado por 3€ cada uno, y extraña cualidad de disponer de una variante de cada uno de los escenarios a la que solo se puede acceder si se llega al tercer round de la pelea.

Por último, como en todos los juegos, podemos conseguir cantidades de dinero de juego para adquirir objetos y demás bienes utilizables en nuestras partidas, pero aparte de las armas y potenciadores del modo rol, vuelve a ocurrir que no sirve para comprar los nuevos personajes o escenarios; ni siquiera para nuevos packs de colores de los mismos… Algo que Capcom supo implementar maravillosamente bien en Street Fighter 5.

En último lugar está el hecho de que Granblue Fantasy, el juego matriz, es un gran desconocido en el mundo occidental. Como ocurre con las maravillosas series Mythic Quest o Ted Lasso, apenas tienen penetración en el mercado porque están delimitadas a la plataforma Apple TV. Si ya desde el mismo principio estás evitando que tu producto llegue al gran público porque la matriz no ha sido bien expandida, pasa completamente desapercibida, y provoca lo peor que puede provocar cualquier producto cultural: indiferencia.

Un ejemplo de esto es que los dos últimos personajes de la temporada dos de Granblue Fantasy Versus han sido Eustace y Seox, dos luchadores que, en apariencia, son demasiado similares. De haber pasado en Street Fighter 5 o Mortal Kombat 11 habría habido gente en contra, o quizá a favor; habría existido el típico debate en Twitter en algún hilo especializado, ¿pero qué ha habido? Otro ejemplo lo encontramos en la presentación del primer personaje de la tercera temporada del juego, que será la espadachina Vira (con dos temporadas de retraso, me atrevo a añadir) y, ¿cuál ha sido la reacción del gran público? Completa indiferencia. Total, todo el mundo está ahora con Jack-O de Guilty Gear Strive o las incesantes presentaciones del próximo King of Fighters.

Todo esto, en realidad, me da bastante pena. Granblue Fantasy Versus es uno de los juegos más espectaculares, variados y bonitos de ver que existen ahora mismo, además de ser accesible para todo el mundo, pero salvo en Asia, es un juego muerto y enterrado. Por todo ello creo que pasará a la historia sin pena ni gloria. Personalmente, lo disfruté muchísimo en su día y lo recomiendo a todo el mundo que desee probar un muy buen juego de lucha cuando esté de oferta; mientras tanto, volveré a Dragon Ball FighterZ mientras aguardo una oportunidad de echar mano de Guilty Gear Strive.

 

SERIE: PENSAMIENTOS ENCADENADOS IX.

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