Sudoku, la vida misma

Sudoku es una comedia dramática que apunta a tres jóvenes que van camino de una esquiva madurez. Mas concretamente, se centra en uno de ellos, uno al que se le resisten los números, pero acaba por aprender a sacar el puzzle de la vida a fuerza de las tortas que va recibiendo.

sudoku

Piratas y sirenas

Alejandro Farias y Otto Zaiser nos presentan tres amigos despreocupados, irresponsables y mas bien inocentones, que están más que dispuestos a comerse el mundo y a todas las sirenas que se les crucen por el camino. Pero no va a ser tan fácil mojar el churro para unos piratas de su calaña.

Tendrán que hacer de todo y más para encandilar a sus sirenas. Incluso poner en peligro su integridad física. Todo vale para conquistar a sus objetivos. Todo, excepto pasar por encima de su amistad. Eso va a ser una constante en toda la historia. Pase lo que pase, siempre estarán ahí para apoyarse. Cada uno con su forma de ser y su forma de entender el mundo. Con sus consejos locos y su fidelidad incondicional. Hasta en los peores momentos.

De la juventud despreocupada a la madurez adulta

Al inicio de la historia nos encontramos con unos jóvenes hormonados que se creen los gallos del gallinero, pero a los que les toman el pelo como quieren. En el fondo son unos inocentones que se creen que lo saben todo, pero a los que las líneas del Sudoku de la vida no les salen ni a tiros. Entre medias, se cuelan todo tipo de personajes secundarios, algunos muy ricos, como el entrañable abuelo, que nos conquista a base de batallitas y nostalgia.

Poco a poco irán saliendo los números del sudoku, aunque no como ellos desearían. Una serie de situaciones delirantes darán lugar a la precipitación de acontecimientos inesperados que llevarán al protagonista a un atajo hacia la madurez y la edad adulta.

Sudoku

La novela gráfica

Esta novela gráfica se organiza alrededor de 9 capítulos, como los números que hay que colocar en los sudokus, y un epílogo que rompe con el resto del conjunto, tanto en el tono como en el color y la expresividad. Aquí es cuando vemos que la vida no entiende de secuencias y números, sino de golpes del destino.

El dibujo de Pablo Colaso, de línea clara y expresividad sobresaliente, enriquece esta historia con unas ilustraciones que podrían hablar por sí solas.

En definitiva, tenemos entre manos una comedia romántica con tintes de drama que van cogiendo fuerza a medida que avanza la trama y que acaba en un guiño agridulce abierto a lo que la vida quiera traer. El cómic es una maravilla.

Se puede adquirir en la web de la editorial Locorabia en su versión online.

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