Lucifer

Lucifer Morningstar, personaje que eclipsa a cualquier otro protagonista de esta serie, es, efectivamente, el Diablo, Belcebú, o cualquier otro nombre que se le pueda otorgar al ángel caído que se rebeló contra Dios.
Lucifer, interpretado por el galés Tom Ellis, tiene soltura, elegancia, es personaje sexual, pero sobretodo sensual, muy sensual. Desinhibido, centrado en el placer del ser humano y por tanto, tiene un local dedicado a la fiesta en la ciudad de Los Ángeles (EEUU). ¿Y por qué? ¿Por qué no está en el infierno cumpliendo con su deber?. La respuesta es fácil, ¿Te gustaría realizar durante milenios el mismo trabajo? Seamos compasivos, aunque sea el Diablo, también tiene que tener su momento de relax.
Esta serie, se basa en The Sandman de DC Cómics, creado por Neil Gaiman en el que uno de los personajes era Lucifer Morningstar, tal fué su éxito que le dedicaron un Spin-off, y de esos cómics esta serie que engancha con una fórmula muy sencilla pero que deja tiempo para conocer a los personajes y quererles tal como son, vengan de donde vengan, porque al final, esta serie trata de eso. De segundas oportunidades y aprovecharlas al máximo aunque seas el ser más maligno del universo físico o espiritual.
La productora FOX fué la primera en confiar en este proyecto, sin embargo las críticas y la supuesta poca audiencia hizo que la cancelaran. Pero los fans, acérrimos a esta serie consiguieron que Netflix -Gracias Dios- comprara la serie y la siguiera emitiendo. No es el primer caso en el que ocurre algo así, tenemos los casos también de Arrested Development y de Community.
La serie, tal y como ya advertí un par de párrafos atrás, tiene un guión sencillo. Lucifer ayuda a resolver un caso a la Detective Decker en el que él se ve involucrado y a partir de aquí, comienza todo.

Lucifer nos recuerda a un Hank Moody (Californication) mejorado, que mejora como ser al no entender al principio a los seres humanos más allá de cumplir con sus deseos más o menos oscuros. Que tendrá que lidiar con la Detective Decker, Mazikeen, Dan, Amenadiel, entre otros personajes que conjugan perfectamente en esta serie evolutiva y que, en cada temporada, parece centrarse en una temática diferente.
Es una serie que nos permite desconectar de series mas concienzudas, de cigarro en mano para los que fumen y de estar sentados en el sofá durante los 40-50 minutos que dure el capítulo pensando y analizando todo lo que pase. En este caso, estamos ante una serie sin pretensiones más allá de hacerte pasar un buen rato a pesar de los asesinatos y momentos dramáticos que ocurran. Pero, que si quisiéramos analizar podríamos encontrar momentos muy bellos que nos hacen pensar en qué es el bien, qué es el mal y cómo deberíamos comportarnos. Pero sobre todo, de darnos cuenta de lo banales que son nuestras vidas cuando nos concentramos en cosas menos “importantes” más allá de nuestra felicidad o de la gente que nos rodea.
Os invito a sentiros seducidos por Lucifer Morningstar y sobretodo que lleguéis a un punto en el que, sorpresivamente, el Diablo, os caiga bien.

Un comentario sobre «Lucifer»

  1. Estoy enganchadisima a esta serie, y leyendo esta crítica me entran más ganas aún de ver más capítulos. Genial retratado, El diablo cada vez me gusta más xD

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