Los juegos de mesa son una forma divertida y educativa de pasar el tiempo con nuestros hijos. Además de entretenernos y fomentar la convivencia familiar, los juegos de mesa pueden ayudarnos a desarrollar diferentes habilidades cognitivas y emocionales en los niños, como la memoria, la atención, la lógica, la creatividad, la tolerancia y el trabajo en equipo. Entre estas habilidades, una de las más importantes y útiles para el futuro de nuestros hijos es el pensamiento estratégico.
El pensamiento estratégico es la capacidad de analizar los factores y variables que influyen en una situación, y de planificar y ejecutar acciones que nos permitan alcanzar un objetivo a largo plazo. El pensamiento estratégico implica tener una visión global, anticipar las consecuencias, adaptarse a los cambios, resolver problemas y tomar decisiones de forma racional y eficaz. Estas son competencias que les servirán a nuestros hijos para afrontar los retos académicos, profesionales y personales que se les presenten a lo largo de su vida.
Para estimular el pensamiento estratégico en los niños, podemos recurrir a los juegos de mesa que les plantean desafíos y les obligan a pensar antes de actuar. Estos son algunos ejemplos de juegos de mesa que pueden ayudar a nuestros hijos a mejorar su pensamiento estratégico:
- Ajedrez: es uno de los juegos de mesa más antiguos y populares del mundo, y también uno de los más beneficiosos para el desarrollo cognitivo. El ajedrez requiere de concentración, memoria, lógica, cálculo y creatividad. Además, el ajedrez enseña a los niños a tener paciencia, a respetar las reglas, a aceptar la derrota y a aprender de los errores.
- Catan: es un juego de mesa moderno que ha cosechado un gran éxito entre niños y adultos. El objetivo del juego es construir ciudades y pueblos en una isla ficticia, utilizando los recursos que se obtienen con las cartas. El juego implica negociar, cooperar y competir con los demás jugadores, así como adaptarse a las circunstancias cambiantes del tablero.
- Jungle Speed: es un juego de mesa divertido y dinámico que pone a prueba la atención y la capacidad de respuesta de los jugadores. Consiste en identificar y atrapar las cartas que tienen el mismo símbolo, antes que los demás. El juego estimula la agilidad mental, la coordinación visomotora y la rapidez de reacción.
- Monopoly: es un clásico juego de mesa que simula el mercado inmobiliario. Los jugadores deben comprar, vender y alquilar propiedades, con el fin de acumular dinero y arruinar a los demás. El juego fomenta el razonamiento deductivo, la planificación, el cálculo y la gestión de recursos.
- Santorini: es un juego de mesa inspirado en la arquitectura de la isla griega del mismo nombre. El objetivo es construir edificios de diferentes alturas y colocar a uno de tus trabajadores en el tercer nivel. El juego implica planificar, anticipar y bloquear los movimientos de tu rival, así como usar los poderes especiales de los dioses griegos.
- Azul: es un juego de mesa que recrea el arte de los azulejos portugueses. Los jugadores deben seleccionar y colocar losetas de colores en un patrón que les dé la mayor puntuación posible. El juego estimula el razonamiento espacial, la lógica, la estética y la gestión de recursos.
- Dixit: es un juego de mesa que combina la imaginación, la creatividad y la comunicación. Los jugadores deben describir una carta con una frase o una palabra, y los demás deben adivinar cuál es. El juego fomenta la expresión verbal, la asociación de ideas, la interpretación y la empatía.
- Código Secreto: es un juego de mesa que pone a prueba la capacidad de deducción y de dar pistas. Los jugadores se dividen en dos equipos, cada uno con un jefe de espías que conoce la identidad de sus agentes. El jefe debe dar una palabra y un número que indiquen a sus compañeros qué tarjetas deben elegir, sin revelar las del equipo contrario o la del asesino.
Estos son solo algunos ejemplos de juegos de mesa que pueden ayudar a nuestros hijos a desarrollar su pensamiento estratégico. Hay muchos más juegos que pueden cumplir esta función, y que podemos encontrar en tiendas especializadas o en Internet. Lo importante es elegir juegos que se adapten a la edad, al nivel y a los gustos de nuestros hijos, y que les ofrezcan un reto adecuado y motivador. Así, podremos disfrutar de momentos de diversión y aprendizaje con nuestros hijos, y contribuir a su desarrollo integral.
Soy una gran defensora de los juegos de mesa. En mi familia desde niña siempre encontramos un momento de ocio para jugar en familia. Es muy creativo y recomendable. Un abrazo
Muchas gracias Nuria por tu comentario, si te gusta este tipo de entradas ahora que vienen navidades vienen más, te puedes suscribir a la web o seguirme en mis RRSS!! Gracias!!