Decir a estas alturas que el videojuego retro está de moda es, a todas luces, quedarse corto; decir, además, que lo está por merecimientos propios, sería de justicia supina.
Y es que si preguntáramos aleatoriamente porqué gusta lo retro, estoy seguro que recibiríamos una amalgama de respuestas similares a estas: la nostalgia, la calidad de las historias de los juegos, el tacto de los cartuchos y manuales —que por desgracia cada vez se pierde más—, el ambiente de los salones recreativos, la facilidad de uso y la jugabilidad casi innata que muchos juegos desprendían, etc. Y para ser honestos, todas esas respuestas serían ciertas. No hay una única razón para que el juego retro se haya puesto tan en boga en los últimos años, pero sí sé, que todas las razones en las que pensemos se daban la mano en el Retro Sevilla 2019 que se celebró el mes pasado en la hispalense localidad de Dos Hermanas.
Retro Sevilla es un evento de asistencia gratuita que se viene celebrando desde hace ya seis ediciones gracias a dos asociaciones que de manera altruista no solo montan todo el evento, si no que ceden además, todo su material para uso y disfrute de cualquier asistente al evento. Desde aquí, quiero darle las gracias a Sevilla retro y Arcadeplanet por ello, pues gracias a ellos este evento es posible.
El evento fue celebrado en las instalaciones de la Ciudad del conocimiento a las afueras de Dos Hermanas y el recinto albergó numerosas actividades durante los tres días que duró el encuentro: charlas, coloquios, campeonatos de videojuegos, presentaciones, tenderetes varios de merchandising y juegos, así como numerosas salas específicas para informática retro, arcades y videoconsolas de todas la épocas que podamos imaginar. A título personal, me quedo con tres cosas en concreto: la sala de informática, donde pude apreciar artilugios que tenían literalmente más años que yo y donde pude rememorar mi adolescencia jugando un rato a Doom 2 en un fantástico 486 que sigue dando guerra como el primer día; dos increíbles recreativas de Street fighter 2 champion edition modo versus, que te permitían jugar contra el jugador que ocupara la otra pantalla de la recreativa y una impresionante máquina arcade japonesa de Castlevania —alojada en la sala del terror, donde se jugaba con la luz apagada— en la que como controles usábamos dos látigos para eliminar a cuanto ser de ultratumba se pusiera ante nuestras narices. Quien haya jugado House of the dead sabrá perfectamente el tipo de recreativa al que me refiero, pero la ambientación Castlevania, así como el uso de los látigos, hacían de esa arcade una de las más solicitadas por los visitantes.
Precisamente hablando sobre visitantes quiero cerrar esta breve reseña, y es que si algo me gustó del tiempo que pasé allí, fue ver la enorme afluencia de público de todas las edades que tuvo el evento. Desde cincuentones rememorando sus primeros pasos digitales a familias enteras con niños que se maravillaban jugando a consolas y videojuegos que ya estaban descatalogados incluso antes de que ellos nacieran. Y es que el retro no tiene ni edad ni un target especifico, si algo es bueno lo será independientemente del tiempo que transcurra o de lo que avance la tecnología y siempre habrá gente dispuesta a disfrutar de ello sin importar edad, sexo o condición alguna, porque lo retro une, lo retro mola y lo retro, más allá de modas, ha llegado para quedarse.
